Los democristianos de Friedrich Merz tendrán que aliarse con partidos en sus antípodas ideológicas en los Estados orientales de Turingia y Sajonia.
El terremoto que ha provocado la victoria de los ultraderechistas de Alternativa para Alemania (AfD) en las elecciones regionales del domingo pasado no solo desestabiliza al ya débil Gobierno de coalición del socialdemócrata Olaf Scholz.
El primer puesto de AfD en Turingia y el segundo en Sajonia zarandea al otro pilar de la política alemana, los democristianos de la CDU, que tienen ahora la responsabilidad de formar gobiernos estables sin contar con los ultras.
“La CDU es el último baluarte del centro democrático contra el populismo de extrema derecha en nuestro país”, sentenció su líder, Friedrich Merz, tras conocerse los resultados electorales. Evitar que se resquebraje obliga a los conservadores a superar o ignorar vetos y a trazar alianzas contra natura con la izquierda.
Fuente: El País.