Thomas Matthew Crooks, el presunto atacante del mitin de Donald Trump, es un joven de 20 años que fue víctima de bullying durante su educación secundaria en Bethel Park, un suburbio de Pittsburgh. Crooks, que se graduó en 2022, era descrito por sus compañeros como una persona solitaria y sin expresión facial, aunque no parecía tener actitudes políticas o violentas evidentes. Un rifle tipo AR utilizado en el ataque fue rastreado hasta su padre, lo que ayudó a identificarlo, ya que no llevaba identificación.
Crooks tenía un historial político mixto: registrado como votante republicano, también había hecho una pequeña contribución a un grupo demócrata en 2021. Según los registros públicos, solo votó una vez en las elecciones generales de 2022. Sus padres, ambos trabajadores sociales, están registrados para votar como libertario y demócrata, respectivamente. La policía encontró material explosivo en su residencia y automóvil tras el incidente.
El ataque ocurrió en un mitin de Trump en Butler, Pensilvania, donde Crooks disparó desde un edificio cercano, rozando al expresidente y dejando un espectador muerto y dos heridos graves. La escena fue descrita como caótica y sangrienta por los asistentes. Trump fue rápidamente evacuado por el Servicio Secreto y luego voló de regreso a Newark, Nueva Jersey. La policía también registró el centro de trabajo de Crooks, un asilo de ancianos cercano a su casa.
La comunidad de Bethel Park, predominantemente blanca y políticamente diversa, quedó sorprendida por el ataque. Los vecinos y autoridades locales describieron el área como segura y unida, con una mezcla de apoyo tanto para Trump como para Biden. Crooks había comprado 50 cartuchos de munición en una armería local el sábado anterior al ataque, lo que añade más preguntas sobre sus motivaciones y preparación para el incidente.