Rosemary Brown, una física cuyo descubrimiento de la partícula kaón en 1948 revolucionó la física de partículas, ha sido galardonada con un doctorado honorario por la Universidad de Bristol a los 98 años. Su hallazgo, junto con el físico Peter Fowler, allanó el camino para entender fenómenos fundamentales como la desintegración de partículas y predijo la existencia del bosón de Higgs. Este descubrimiento marcó un hito en la teoría de la simetría en la física, desafiando ideas establecidas sobre las leyes naturales y conduciendo a avances significativos en el campo.
Durante su carrera inicial en Bristol, Brown identificó un patrón de desintegración de partículas que resultó en el kaón, una partícula subatómica crucial. Este hallazgo fue esencial para romper la simetría en la física de partículas, tema que fue discutido en una histórica reunión de físicos en 1956. Aquí, se cuestionó la conservación de la paridad, estableciendo que ciertos fenómenos subatómicos no se comportan de manera simétrica si se observan en un espejo, lo cual fue demostrado experimentalmente por Chien-Shiung Wu.
El impacto de Brown y Fowler se extendió hasta el descubrimiento del bosón de Higgs en 2012, que completó el Modelo Estándar de la física de partículas. Este logro consagró sus contribuciones al campo, proporcionando una comprensión más profunda de la estructura fundamental del universo. A pesar de haber dejado su carrera temprano para dedicarse a la familia, el reconocimiento tardío de su universidad destaca su rigor intelectual y curiosidad incansable que continúan inspirando a generaciones de físicos.
De esta forma Rosemary Brown, con su descubrimiento pionero del kaón, desempeñó un papel importante en transformar nuestra comprensión de la física de partículas, desde desafiar la simetría fundamental hasta contribuir al descubrimiento del bosón de Higgs. Su legado perdura como un ejemplo de perseverancia y excelencia científica que sigue influyendo en el trabajo de los físicos contemporáneos.
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