Grecia se enfrenta a una crisis sanitaria sin precedentes en su industria ganadera. Las autoridades helenas han anunciado restricciones a nivel nacional para combatir un peligroso brote viral que amenaza al ganado ovino y caprino del país. La enfermedad en cuestión, conocida como Peste de los Pequeños Rumiantes (PPR), fue detectada por primera vez el 11 de julio en la región central de Tesalia. La PPR es altamente contagiosa y afecta a ovejas y cabras, pero no representa un riesgo para los seres humanos.

 

Ante la gravedad de la situación, el ministro de Agricultura, Kostas Tsiaras, ha tomado medidas contundentes. Se ha impuesto una prohibición nacional del movimiento de ganado ovino y caprino con el objetivo de frenar la propagación de la enfermedad y erradicar la plaga. La situación es alarmante, con 22 casos confirmados de peste bovina en el ganado griego. La mayoría de estos casos (20 en total) se han detectado en Tesalia, mientras que se ha registrado un caso en Corinto, Peloponeso, y otro en Ática.

 

Siguiendo las directrices europeas, todas las unidades afectadas deben someterse a un riguroso proceso: sacrificio de animales, desinfección y cuarentena. Desde la detección del primer caso en julio, las autoridades han tomado medidas drásticas. Más de 10.768 animales han sido sacrificados, y se espera que otros 2.000 corran la misma suerte en breve. Tanto agricultores como funcionarios han señalado que es probable que la enfermedad haya ingresado al país a través de ganado importado.

 

El ministro Tsiaras ha enfatizado la importancia de las medidas de contención. En una reciente declaración, afirmó: “Las medidas que han estado en vigor desde la semana pasada, relacionadas con el transporte, movimiento y sacrificio de animales, se extenderán por una semana más. Considero que este será un paso realmente importante, ya que el transporte de animales ha sido el mayor riesgo para la propagación de la enfermedad”.

 

Las autoridades sanitarias están trabajando incansablemente para contener el brote. Equipos de veterinarios, ataviados con equipos de protección, están visitando las granjas afectadas para tomar muestras de los animales infectados. Además, se están llevando a cabo rigurosos procesos de desinfección de vehículos para prevenir una mayor propagación. Esta crisis pone de manifiesto la importancia de la bioseguridad en la industria ganadera y la necesidad de una respuesta rápida y coordinada ante amenazas sanitarias. Mientras Grecia lucha por contener este brote, la situación sirve como un recordatorio para otros países sobre la importancia de mantener estrictos controles en la importación de ganado y la necesidad de sistemas de detección temprana de enfermedades.

 

📷 Euro news.