Priorizar la salud cardiovascular a través de hábitos alimenticios puede ayudar a reducir el colesterol LDL, conocido como colesterol “malo”. Un diagnóstico de colesterol alto a menudo conlleva la necesidad de tratamientos médicos, pero hay cambios en el estilo de vida, especialmente en la dieta, que pueden ser efectivos.
Tres cambios alimentarios para reducir el colesterol
- Aumentar el consumo de fibra soluble
La fibra soluble se une al colesterol en el sistema digestivo, ayudando a eliminarlo del cuerpo. Alimentos como la avena, legumbres (lentejas, garbanzos) y frutas (manzanas, cítricos) son ricos en fibra soluble y pueden reducir significativamente los niveles de LDL. - Sustituir grasas saturadas por grasas insaturadas
Las grasas insaturadas, como las monoinsaturadas y poliinsaturadas, ayudan a reducir el LDL y aumentar el colesterol “bueno” (HDL). Se recomienda usar aceite de oliva virgen extra en lugar de mantequilla y consumir nueces y otros frutos secos en cantidades moderadas. - Incluir alimentos ricos en Omega-3
Consumir pescado graso al menos dos veces por semana y fuentes vegetales de omega-3, como semillas de chía o nueces, puede proporcionar beneficios adicionales para la salud cardiovascular.
Estos cambios alimentarios, es importante adoptar un estilo de vida activo, realizar al menos 150 minutos de ejercicio moderado a la semana, dejar de fumar y limitar el consumo de alcohol para optimizar los niveles de colesterol y mejorar la salud en general. Estos hábitos no solo ayudan a controlar el colesterol, sino que también mejoran la energía y el bienestar general.
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