Decenas de miles de niños ucranianos fueron deportados a la fuerza por Rusia desde el inicio de la invasión en 2022, según denunció el comisario ucraniano de Derechos Humanos, Dmytro Lubinets. Hasta ahora, Kiev solo ha logrado repatriar a unos 1.000 menores, mientras que tiene evidencia de que al menos 19.546 fueron llevados ilegalmente a territorio ruso. Moscú intentó borrar los vínculos de los niños con su país de origen, modificando sus documentos oficiales y sometiéndolos a adoctrinamiento, lo que Lubinets considera parte de una estrategia para asimilarlos a la sociedad rusa y utilizarlos eventualmente en su ejército.
Esta práctica, que Kiev califica de genocidio, ya fue denunciada en 2014 tras la anexión de Crimea, pero se intensificó con la ocupación del 20% del territorio ucraniano. Rusia niega las acusaciones y justifica estas transferencias como “adopciones”, a pesar de que la Corte Penal Internacional emitió órdenes de detención contra Vladímir Putin y la comisaria rusa para la infancia, Maria Lvova-Belova, por su presunta implicación. En contraste, la UE, Estados Unidos y Reino Unido han impuesto sanciones a Lvova-Belova por el traslado masivo de menores desde las zonas ocupadas.
Lubinets advirtió que cerca de 1,5 millones de niños ucranianos en áreas bajo control ruso están en riesgo de ser deportados. Subrayó que la única solución para detener esta práctica es liberar completamente el territorio ocupado, ya que ello permitiría a Ucrania establecer mecanismos para identificar y repatriar a los menores desaparecidos, cuyo número real podría ser significativamente mayor al conocido hasta ahora.
Fuente: EURO NEWS