Desde la caída del régimen de Bashar al Assad, Israel ha intensificado sus operaciones militares en Siria, llevando a cabo cientos de ataques aéreos y trasladando tropas a la zona desmilitarizada de los Altos del Golán. Este artículo explora las razones detrás de estas acciones y sus implicaciones para la región.

El conflicto en Siria, que comenzó en 2011 como parte de la Primavera Árabe, se transformó rápidamente en una guerra civil devastadora. Bashar al Assad, el presidente sirio, logró mantenerse en el poder con el apoyo de aliados clave como Rusia e Irán. Sin embargo, la guerra dejó al país en ruinas y creó un vacío de poder en varias regiones.

Israel, que comparte una frontera con Siria, ha estado observando de cerca los desarrollos en el país vecino. La preocupación principal de Israel es la presencia de fuerzas iraníes y de Hezbolá en Siria, que han aprovechado el caos para establecer bases y transferir armas avanzadas. Estas fuerzas representan una amenaza directa para la seguridad de Israel, lo que ha llevado a una política de ataques preventivos para neutralizar estas amenazas antes de que puedan materializarse.

Según el Ministro de Defensa de Israel, Israel Katz, los ataques tienen como objetivo “destruir capacidades estratégicas que amenazan al Estado de Israel”. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han atacado una amplia gama de objetivos, incluyendo aeródromos, vehículos militares, armas antiaéreas y sitios de producción de armas en varias ciudades sirias como Damasco, Homs, Tartus y Palmira.

Una de las principales preocupaciones de Israel es el arsenal de armas químicas que podría haber dejado Al Assad. Aunque no se sabe con certeza la cantidad y ubicación de estas armas, Israel teme que puedan caer en manos de grupos extremistas, lo que representaría una amenaza significativa para la región.

La comunidad internacional ha reaccionado con preocupación ante la escalada de violencia. Mientras algunos países apoyan las acciones de Israel como medidas de autodefensa, otros las ven como una oportunidad para debilitar a un adversario de larga data. Las Naciones Unidas y varias organizaciones de derechos humanos han llamado a la moderación y al diálogo para evitar una mayor desestabilización de la región.

La situación en Siria sigue siendo volátil y las acciones de Israel reflejan una estrategia de seguridad preventiva en un entorno altamente incierto. La comunidad internacional deberá seguir de cerca estos desarrollos para entender mejor las dinámicas de poder en la región y sus posibles consecuencias a largo plazo.

📷: BBC