En un movimiento inesperado y significativo, China ha lanzado un misil balístico intercontinental (ICBM) por primera vez en más de cuatro décadas. Este evento ha generado una gran preocupación a nivel internacional, especialmente en Asia, donde las tensiones ya eran elevadas debido a las disputas territoriales y la situación en Taiwán.

El lanzamiento se realizó a las 08:44 hora local (04:44 GMT) del miércoles, y el misil cayó en las áreas marítimas pronosticadas del Océano Pacífico. Según el Ministerio de Defensa de China, esta prueba fue parte de su “entrenamiento anual” y se notificó a los países relevantes con antelación. Sin embargo, Japón ha declarado que no recibió ninguna notificación previa, lo que ha aumentado las tensiones en la región.

La última vez que China realizó una prueba similar fue en mayo de 1980. En esa ocasión, el ICBM voló 9,070 km y cayó en el Pacífico, involucrando a 18 embarcaciones de la marina china en una de las mayores misiones navales del país. Este reciente lanzamiento es el primero de su tipo que se hace público en más de 40 años, lo que subraya su importancia estratégica y simbólica.

El lanzamiento ha sido interpretado por muchos analistas como una señal de fuerza y una advertencia a otros países. Ankit Panda, un especialista en armas nucleares del Fondo Carnegie para la Paz Internacional, señaló que describir el lanzamiento como “de rutina” y “anual” es curioso, dado que China no realiza este tipo de pruebas de manera regular. Además, el gobierno japonés ha expresado su preocupación y ha indicado que continuará monitoreando de cerca los movimientos militares chinos.

El lanzamiento coincide con un periodo de alta tensión en la región, especialmente en el Mar de China Meridional y en torno a Taiwán. Drew Thompson, investigador de la Escuela Kuan Yew de Política Pública en Singapur, comentó que el momento del lanzamiento es crucial y que, aunque China afirma que no tiene como objetivo a ningún país en particular, la acción envía una poderosa señal de intimidación.

El lanzamiento del ICBM por parte de China marca un hito significativo en su programa militar y nuclear. Aunque Pekín ha tratado de minimizar el evento describiéndolo como una prueba de rutina, la comunidad internacional lo ve como una demostración de poder y una advertencia en un contexto de crecientes tensiones regionales. La situación seguirá siendo monitoreada de cerca por los países vecinos y las potencias mundiales, mientras se evalúan las posibles implicaciones de este desarrollo.

📷: BBC