La televisión estatal rusa, a través del canal Rossiya 1, emitió una alarmante advertencia sobre posibles ataques nucleares a diversos capitales europeos, intensificando la retórica belicista en medio del conflicto con Ucrania. Durante el programa, el presentador y diputado de la Duma Estatal, Yevgeny Popov, mostró un mapa que destacaba objetivos estratégicos como Berlín, París, Varsovia y Bucarest, argumentando que estas ciudades estarían al alcance de misiles rusos desplegados en Kaliningrado, región estratégica en el Báltico. Según Popov, solo tres misiles bastarían para desestabilizar “esta civilización”, subrayando el potencial destructivo de un ataque nuclear.

Estas declaraciones se marcan en la creciente tensión entre Rusia y Occidente, exacerbada por las sanciones económicas y el apoyo militar de la OTAN a Ucrania. Moscú ha intensificado sus amenazas nucleares como respuesta a la presencia de bases estadounidenses en Europa y los despliegues militares de la alianza atlántica en países bálticos. Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, advirtió que estas acciones se convierten a las capitales europeas en objetivos legítimos en caso de conflicto, estableciendo un paralelismo con la inestabilidad que alcanzó al colapso de la Unión Soviética.

La emisión de este tipo de mensajes refleja la estrategia de disuasión nuclear de Rusia, que busca reafirmarse como una potencia capaz de responder con fuerza a las supuestas amenazas a su soberanía. Este discurso no solo refuerza la percepción de riesgo en Europa, sino que evidencia la escalada geopolítica alrededor del conflicto en Ucrania, ahora convertido en el epicentro de una peligrosa confrontación entre Rusia y las potencias occidentales.

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